viernes, 10 de febrero de 2017

EL PENSAMIENTO POLÍTICO CLÁSICO:

GRADO: 11°
FECHA DE ENTREGA: DEL 13 AL 17 DE FEBRERO DE 2017

ACTIVIDAD:

1. ESCRIBE UNA BREVE DESCRIPCIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO CLÁSICO
2. REALIZA UN MAPA CONCEPTUAL ACERCA DEL TEMA
3. CONSULTA ,LA BIOGRAFÍA DE: SÓCRATES, PLATÓN Y ARISTÓTELES

Sócrates, el único político autentico de Atenas. García Gual señala sobre Sócrates “que él es, en sus propias palabras, el único político autentico de Atenas”. A los veinte años, Platón conoció a Sócrates del que fue discípulo, entrando a formar parte de su círculo, el cual produjo un gran cambio en sus orientaciones filosóficas. Tras el gobierno de los Treinta Tiranos, reinstaurada la democracia en Atenas, Sócrates fue acusado y condenado a muerte. “Para Platón fue un golpe brutal el ver, no solo a su maestro, a quien tenía por un hombre justo, condenado a muerte, sino a la voz misma de la razón ahogada por los prejuicios o el tumulto. Así llegó a la conclusión de que la corrupción moral e intelectual hacía casi imposible la regeneración de su ciudad natal, por lo que abandonó toda pretensión de intervenir en la política ateniense y decidió dedicarse por entero a filosofar”. El problema al que se enfrentó Platón es el de la crisis de su polis, Atenas, envuelta en la injusticia por las luchas intestinas, su mala organización y sobre todo por una crisis de los valores; todo ello condujo a la condena a muerte de Sócrates, broche culminante de la injusticia. Platón asistió al proceso de Sócrates, pero muerto emprendió un largo viaje, de casi diez años. Decepcionado por el sistema democrático que había condenado a su amigo tomó partido por un modelo político totalitario y decidió abstenerse de tomar parte en la política de Atenas. [Lectura: Sócrates de Atenas. Los griegos. Paul Cartledge]. La experiencia con el joven Dionisio de Siracusa Después de la muerte de Sócrates, Platón viajó extensamente por Italia, Sicilia, Egipto y Cirene en busca de conocimientos. En el 396 a d C emprendió un viaje de diez años por Egipto y diferentes lugares de África e Italia. En Cirene conoció a Aristipo y al matemático Teodoro. En Magna Grecia se hizo amigo de Arquites de Tarento y conoció las ideas de los seguidores de Parménides. Sus manifestaciones políticas, que en algunos casos eran irreverentes con la clase dominante, lo llevaron a prisión. Anníceris de Círene reconoció a Platón en la venta de esclavos y le compró para devolverle la libertad. En el 388 adC viajó a Sicilia y en Siracusa, en aquel tiempo ciudad prospera y rica, donde quiso influir en la política de Dionisio I, tirano cruel y astuto. Allí conoce a Dión, el joven cuñado de Dionisio I el Viejo. Dión era gran admirador de Platón, y le convenció de que sus teorías políticas podrían llevarse a la práctica. Platón interviene

“Me mandasteis una carta diciéndome que debía estar convencido de que vuestra manera de pensar coincidía con la de Dión y que, precisamente por ello, me invitabais a que colaborara con vosotros en la medida de lo posible, tanto con palabras como con hechos. Pues bien, en lo que a mi se refiere, yo estoy de acuerdo en colaborar si, efectivamente, tenéis las mismas ideas y las mismas aspiraciones que él, pero, de no ser así, tendré que pensármelo muchas veces. Yo podría hablar de sus pensamientos y de sus proyectos, no por mera conjetura, sino con perfecto conocimiento de causa. En efecto, cuando yo llegué por primera vez a Siracusa, tenia cerca de cuarenta años; Dión tenía la edad que ahora tiene Hiparión, y las convicciones que tenía entonces no dejó de mantenerlas durante toda su vida: creía que los siracusanos debían ser libres y debían regirse por las leyes mejores, de modo que no es nada sorprendente que algún dios haya hecho coincidir sus ideales políticos con los de aquél. Merece la pena que tanto los jóvenes como los que no lo son se enteren del proceso de gestación de estos ideales; por ello voy a intentar explicároslo desde el principio, ya que las circunstancias presentes me dan ocasión para ello.” (Platón: Carta VII, 323d-324 b). La participación de Platón en la política de Siracusa, “lejos de la imagen que nos transmite de profesor de filosofía o consejero paternalista de Dionisio y Dión, utilizando las mismas fuentes platónicas podemos sugerir que fue un papel más importante y que tuvo unas consecuencias desastrosas para la ciudad, por lo que su intervención como asesor o inspirador, es lógico que perjudicaran el proyecto platónico de una Academia de Tiranos y de ahí el interés de la Academia de “explicar” y defender su actuación”.[Román García]. “Se ha especulado sobre la posibilidad de que esta amistad le resultase inquietante al tirano, o de que éste se enfureciera por unas palabras de Platón. El caso es que tiene que marcharse rápidamente, con tan mala fortuna que el barco en el que viajaba va a parar a Egina, ciudad enemiga de Atenas, por lo que el ateniense Platón cae prisionero” [UNED, 75]. Dionisio I el Viejo, temeroso de sus proyectos reformadores, le hace vender como esclavo en el mercado de Egina, donde es reconocido por un ciudadano adinerado que paga su rescate y pone en libertad. Después de lo cual decide volver a Atenas, en el 387, encontrando una ciudad prospera y expansionista, pero democrática y no exenta de políticos conspiradores y demagogos.

. Justicia, estado y política: el rey-filósofo La ética de Platón está enfocada al logro del supremo bien del hombre en la posesión del cual consiste la felicidad verdadera. El bien supremo del hombre, la felicidad, se puede decir que es el desarrollo auténtico de su personalidad como ser racional y moral, el recto cultivo de su alma racional y una relación armónica de las tres partes del alma. Esto sólo puede lograrse mediante la educación (paideia). La educación es necesaria, pero la auténtica educación es la que conduce a la verdad y al bien. La concepción platónica de la educación es opuesta a la de los sofistas. Según estos, la educación consistía en impartir a los alumnos ciertos conocimientos necesarios par alcanzar el poder y el éxito en la sociedad, es decir que el conocimiento tenía para ellos un valor utilitarista. Platón, por su parte, entiende la educación como un auténtico arte de conducir el alma hacia la verdad. Para Platón el conocimiento y la misión del educador es dirigir las preguntas, establecer un diálogo con el alumno de manera que haga posible el descubrimiento de la verdad. Sólo cuando el alma haya alcanzado el conocimiento de los auténticos valores éticos y políticos podrá conseguir la virtud (areté). La felicidad debe alcanzarse mediante la práctica de la virtud. El tema de la República es la justicia en el individuo y en el Estado. Se trata de una utopía política en la que el gobierno pertenece a los filósofos. El filósofo será el fruto más exquisito de la educación dada por el Estado: a él compete trazar el diseño concreto del Estado ideal y dirigir su realización. Los escogidos como candidatos o posibles gobernantes serán instruidos, no sólo en armonía musical y en gimnástica, sino también en matemáticas y en astronomía. Mas toda esta instrucción será una preparación para la Dialéctica, por la cual el hombre mediante el uso de la razón puede alcanzar el conocimiento del mundo inteligible y contemplar la Idea de Bien. Los seleccionados pasarán gradualmente este curso educativo y los que al llegar a la edad de 30 años hayan dado pruebas satisfactorias recibirán la instrucción especial de la Dialéctica. Transcurridos cinco años de tal estudio se les enviará al interior de la caverna y se les confiará algún cargo, con el fin de que vayan adquiriendo la necesaria experiencia de la vida. Esta prueba durará quince años y los que la superen (que tendrán ya los 50 años) serán los responsables de la ordenación del Estado. Sólo en la ciudad justa es posible educar hombres justos. El Estado ideal de Platón se fundamenta en la justicia. Un estado justo es el que viene impuesto por la Idea del Bien. Esto sólo será posible si los gobernantes son sabios, esto es, filósofos que hayan logrado penetrar en el mundo de las ideas. La idea de Bien debe guiar al Estado y al individuo. Los ciudadanos serán felices si son gobernados por la persona más sabia y justa. Sólo la persona bien instruida sabrá anteponer el bien de la razón, el bien del alma al del cuerpo. El saber de lo que en verdad es importante, qué es lo justo, lo injusto, qué es el bien y el mal, no debe dejarse en manos de cualquiera, sólo el filósofo podrá responder adecuadamente a tales preguntas. La vida griega era esencialmente una vida comunal. La vida en sociedad era lo natural, pero cuál es la mejor organización política para dicha sociedad. En la República Platón se pregunta sobre el Estado Ideal. La tarea del gobernante consistirá en vigilar que este orden se mantenga, que cada parte cumpla su función y que cada individuo ocupe el puesto que por naturaleza le corresponde y reciba la educación adecuada a su posición en la sociedad.

tomado de: El pensamiento político de Platón, en:
http://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/29317/Historia%20del%20Pensamiento%20Pol%C3%ADtico%20Premoderno%2003%20%20Plat%C3%B3n.pdf?sequence


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