jueves, 16 de febrero de 2017

economía 10°

MERCANTILISMO O CAPITALISMO MERCANTIL

ACTIVIDAD:

1. ESCRIBE LAS PRINCIPALES CARACTERISTICAS DEL CAPITALISMO MERCANTIL
2. DESARROLLA UN MAPA CONCEPTUAL SOBRE EL TEMA
3. ¿CUALES SON LAS PRINCIPALES TEORÍAS ECONÓMICAS DEL MERCANTILISMO?




Se denomina mercantilismo a un conjunto de ideas políticas o ideas económicas de gran pragmatismo que se desarrollaron durante los siglos XVI, XVII y la primera mitad del siglo XVIII en Europa. Se caracterizó por una fuerte intervención del Estado en la economía, coincidente con el desarrollo del Absolutismo monárquico. Consistió en una serie de medidas que se centraron en tres ámbitos: las relaciones entre el poder político y la actividad económica; la intervención del Estado en esta última; y el control de la moneda. Así, tendieron a la regulación estatal de la economía, la unificación del mercado interno, el crecimiento de población, el aumento de la producción propia -controlando recursos naturales y mercados exteriores e interiores, protegiendo la producción local de la competencia extranjera, subsidiando empresas privadas y creando monopolios privilegiados-, la imposición de aranceles a los productos extranjeros y el incremento de la oferta monetaria -mediante la prohibición de exportar metales preciosos y la acuñación inflacionaria-, siempre con vistas a la multiplicación de los ingresos fiscales. Estas actuaciones tuvieron como finalidad última la formación de Estados-nación lo más fuertes posible. El mercantilismo entró en crisis a finales del siglo XVIII y prácticamente desapareció para mediados del XIX, ante la aparición de las nuevas teorías fisiócratas y liberales, las cuales ayudaron a Europa a recuperarse de la profunda crisis del siglo XVII y las catastróficas Guerras Revolucionarias Francesas. Se denomina neo mercantilismo a la periódica resurrección de estas prácticas e ideas. Introducción El mercantilismo es el conjunto de ideas económicas que consideran que la prosperidad de una nación-estado depende del capital que pueda tener, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable. El capital, que está representado por los metales preciosos que el estado tiene en su poder, se incrementa sobre todo mediante una balanza comercial positiva con otras naciones (o, lo que es lo mismo, que las exportaciones sean superiores a las importaciones). El mercantilismo sugiere que el gobierno dirigente de una nación debería buscar la consecución de esos objetivos mediante una política proteccionista sobre su economía, favoreciendo la exportación y desfavoreciendo la importación, sobre todo mediante la imposición de aranceles. La política económica basada en estas ideas a veces recibe el nombre de sistema mercantilista. Los pensadores mercantilistas preconizan el desarrollo económico por medio del enriquecimiento de las naciones gracias al comercio exterior, lo que permite encontrar salida a los excedentes de la producción. El Estado adquiere un papel primordial en el desarrollo de la riqueza nacional, al adoptar políticas proteccionistas, y en particular estableciendo barreras arancelarias y medidas de apoyo a la exportación. Mercantilismo 2 Jakob Fugger «el Rico», pintado por Alberto Durero (1519) justo cuando estaba realizando el «negocio del siglo»: el préstamo a Carlos I de España que le permitió convertirse en Emperador, al financiar los cuantiosos sobornos a los príncipes electores. Los impuestos con los que se pensaba devolver el crédito fueron una de las causas de la Guerra de las Comunidades en Castilla. Poco antes, la venta de indulgencias para financiar la construcción de San Pedro de Roma, encendieron, también en Alemania, la Reforma luterana. Resulta comprensible que en la época se entendiese a la economía como algo explicable desde un punto de vista secular, no únicamente religioso, un juego de suma cero en que sólo se gana lo que otro pierde y estrechamente vinculado al poder político. El mercantilismo como tal no es una corriente de pensamiento. Marca el final de la preeminencia de la ideología económica del cristianismo (la crematística), inspirada en Aristóteles y Platón, que rechazaba la acumulación de riquezas y los préstamos con interés (vinculados al pecado de usura). Esta nueva corriente económica surgió en una época en la que las monarquías deseaban disponer del máximo dinero posible para sus cuantiosos gastos. Las teorías mercantilistas buscaban satisfacer esa demanda, y desarrollaron una dialéctica basada en el enriquecimiento. Esta corriente se basaba en un sistema de análisis de los flujos económicos muy simplificado en el que, por ejemplo, no se tenía en cuenta el papel que desempeñaba el sistema social. Fue la teoría predominante a lo largo de toda la Edad Moderna (desde el siglo XVI hasta el XVIII), época que aproximadamente indica el surgimiento de la idea del Estado Nación y la formación económico social conocida como Antiguo Régimen en Europa Occidental. En el ámbito nacional, el mercantilismo llevó a los primeros casos de intervención y significativo control gubernativo sobre la economía, y fue en este periodo en el que se fue estableciendo gran parte del sistema capitalista moderno. Internacionalmente, el mercantilismo sirvió indirectamente para impulsar muchas de las guerras europeas del periodo, y sirvió como causa y fundamento del imperialismo europeo, dado que las grandes potencias de Europa luchaban por el control de los mercados disponibles en el mundo. Como agente unificador tendente a la creación de un estado nacional soberano, el mercantilismo tuvo en contra dos fuerzas: Una, más espiritual-jurídica que política-económica, fueron los poderes universales: la Iglesia y el Imperio, la otra, de carácter predominantemente económico fue el particularismo local, con la dificultad que produce a las comunicaciones y la pervivencia de la economía natural (en determinadas zonas los ingresos del estado eran en especie y no en dinero); mientras que la pretensión mercantilista es que el mercado cerrado sea sustituido por el mercado nacional y las mercancías como medida de valor y medio de cambio sean remplazadas por el oro. El mercantilismo ve la intervención del estado como el medio más eficaz para el desarrollo económico. Otra tendencia del mercantilismo era robustecer hacia el exterior el poder del Estado, subordinando la actividad económica hacia ese objetivo, e interesándose por la riqueza en cuanto sirva de base para ella. El liberalismo considerará a la riqueza como preciosa para el individuo, y por ende, digna de ser alcanzada como fin en sí misma: si el particular no debe pensar más que enriquecerse, es un hecho puramente natural e involuntario que la riqueza de los ciudadanos contribuya a aumentar la riqueza del estado. En cambio, para los mercantilistas, la riqueza privada es simplemente un medio, y como tal se subordina al estado y a sus fines de dominio. A lo largo de este periodo durante el cual las hipótesis evolucionaron, aparece una literatura compleja, que da idea de que existe una corriente vagamente unificada. En el Siglo XIX, se extenderá por la mayoría de las naciones europeas, adaptándose a las características nacionales. Entre las escuelas mercantilistas se distingue: el bullionismo (o «mercantilismo español») que propugna la acumulación de metales preciosos; el colbertismo (o «mercantilismo Mercantilismo 3 francés») que por su parte se inclina hacia la industrialización; y el comercialismo (o «mercantilismo británico») que ve en el comercio exterior la fuente de la riqueza de un país. A partir de esa época, las cuestiones económicas dejan de pertenecer a los teólogos. La Edad Moderna marca un giro con la progresiva autonomía de la economía frente a la moral y la religión así como frente a la política. Esta enorme ruptura se realizará por medio de consejeros de los gobernantes y por los comerciantes.[1] Esta nueva disciplina llegará a ser una verdadera ciencia económica con la fisiocracia. Entre los muchos autores mercantilistas, hay que destacar a Martín de Azpilicueta (1492-1586), Tomás de Mercado (1525-1575), Jean Bodin (1530–1596), Antoine de Montchrétien (1576–1621), o William Petty (1623–1687). La confianza en el mercantilismo comenzó a decaer a finales del siglo XVIII, momento en el que las teorías de Adam Smith y de otros economistas clásicos fueron ganando favor en el Imperio Británico, y en menor grado en el resto de Europa (con la excepción de Alemania, en donde la Escuela Histórica de Economía fue la más importante durante todo el siglo XIX y comienzos del XX). Adam Smith, que lo critica con dureza en su obra titulada Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (conocida comúnmente como La riqueza de las naciones), califica el mercantilismo como una «economía al servicio del Príncipe». Curiosamente, y si bien había sido una antigua colonia británica, los Estados Unidos de América no se adhirieron a la economía clásica, sino al régimen económico que fue llamado «sistema americano» (una forma de neo-mercantilismo) a través de las políticas de Alexander Hamilton, Henry Clay, Abraham Lincoln y por lo que más tarde serían las prácticas económicas del Partido Republicano, que a su vez se reflejaron en las políticas de los historicistas alemanes y economistas como Friedrich List. Esto duró hasta el surgimiento del New Deal tras la crisis de 1929. Hoy en día la teoría del mercantilismo es rechazada por la mayoría de los economistas, si bien algunos de sus elementos en ocasiones son vistos de forma positiva por algunos, entre los cuales cabe citar a Ravi Batra, Pat Choate, Eammon Fingleton, o Michael Lind. [2] Doctrina económica mercantilista El mercantilismo como conjunto de ideas económicas Casi todos los economistas europeos de entre 1500 y 1750 se consideran hoy en día como mercantilistas. Sin embargo, estos autores no se veían a sí mismos como partícipes de una sola ideología económica, sino que el término fue acuñado por Victor Riquetti, Marqués de Mirabeau en 1763, y fue popularizado por Adam Smith en 1776. De hecho, Adam Smith fue la primera persona en organizar formalmente muchas de las contribuciones de los mercantilistas en su libro La Riqueza de las Naciones. [3] La palabra procede de la palabra latina mercāri 'comprar, adquirir, comerciar'; de la que deriva, el término mercantil, en el sentido de llevar a cabo un negocio. Fue utilizada inicialmente sólo por los críticos a esta teoría, tales como Mirabeau y Smith, pero pronto fue adoptada por los historiadores. El mercantilismo en sí no puede ser considerado como una teoría unificada de economía. En realidad no hubo escritores mercantilistas que presentasen un esquema general de lo que sería una economía ideal, tal y como Adam Smith haría más adelante para la economía clásica. En su lugar, el escritor mercantilista tendía a enfocar su atención en un área específica de la economía.[4] Sería después del periodo mercantilista cuando los estudiosos que vinieron posteriormente integrasen las diversas ideas en lo que llamarían mercantilismo, como por ejemplo Eli F. Heckscher[5] que ve en los escritos de la época a la vez un sistema de poder político, un sistema de reglamentación de la actividad económica, un sistema proteccionista y también un sistema monetario con la teoría de la balanza comercial. Sin embargo, algunos teóricos rechazan completamente la idea misma de una teoría mercantilista, argumentando que da «una falsa unidad a hechos dispares».[6] El historiador del pensamiento económico Mark Blaug hace notar que el mercantilismo fue calificado con el paso del tiempo como «molesto equipaje», «diversión de historiografía», y de «gigantesco globo teórico».

viernes, 10 de febrero de 2017

EL PENSAMIENTO POLÍTICO CLÁSICO:

GRADO: 11°
FECHA DE ENTREGA: DEL 13 AL 17 DE FEBRERO DE 2017

ACTIVIDAD:

1. ESCRIBE UNA BREVE DESCRIPCIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO CLÁSICO
2. REALIZA UN MAPA CONCEPTUAL ACERCA DEL TEMA
3. CONSULTA ,LA BIOGRAFÍA DE: SÓCRATES, PLATÓN Y ARISTÓTELES

Sócrates, el único político autentico de Atenas. García Gual señala sobre Sócrates “que él es, en sus propias palabras, el único político autentico de Atenas”. A los veinte años, Platón conoció a Sócrates del que fue discípulo, entrando a formar parte de su círculo, el cual produjo un gran cambio en sus orientaciones filosóficas. Tras el gobierno de los Treinta Tiranos, reinstaurada la democracia en Atenas, Sócrates fue acusado y condenado a muerte. “Para Platón fue un golpe brutal el ver, no solo a su maestro, a quien tenía por un hombre justo, condenado a muerte, sino a la voz misma de la razón ahogada por los prejuicios o el tumulto. Así llegó a la conclusión de que la corrupción moral e intelectual hacía casi imposible la regeneración de su ciudad natal, por lo que abandonó toda pretensión de intervenir en la política ateniense y decidió dedicarse por entero a filosofar”. El problema al que se enfrentó Platón es el de la crisis de su polis, Atenas, envuelta en la injusticia por las luchas intestinas, su mala organización y sobre todo por una crisis de los valores; todo ello condujo a la condena a muerte de Sócrates, broche culminante de la injusticia. Platón asistió al proceso de Sócrates, pero muerto emprendió un largo viaje, de casi diez años. Decepcionado por el sistema democrático que había condenado a su amigo tomó partido por un modelo político totalitario y decidió abstenerse de tomar parte en la política de Atenas. [Lectura: Sócrates de Atenas. Los griegos. Paul Cartledge]. La experiencia con el joven Dionisio de Siracusa Después de la muerte de Sócrates, Platón viajó extensamente por Italia, Sicilia, Egipto y Cirene en busca de conocimientos. En el 396 a d C emprendió un viaje de diez años por Egipto y diferentes lugares de África e Italia. En Cirene conoció a Aristipo y al matemático Teodoro. En Magna Grecia se hizo amigo de Arquites de Tarento y conoció las ideas de los seguidores de Parménides. Sus manifestaciones políticas, que en algunos casos eran irreverentes con la clase dominante, lo llevaron a prisión. Anníceris de Círene reconoció a Platón en la venta de esclavos y le compró para devolverle la libertad. En el 388 adC viajó a Sicilia y en Siracusa, en aquel tiempo ciudad prospera y rica, donde quiso influir en la política de Dionisio I, tirano cruel y astuto. Allí conoce a Dión, el joven cuñado de Dionisio I el Viejo. Dión era gran admirador de Platón, y le convenció de que sus teorías políticas podrían llevarse a la práctica. Platón interviene

“Me mandasteis una carta diciéndome que debía estar convencido de que vuestra manera de pensar coincidía con la de Dión y que, precisamente por ello, me invitabais a que colaborara con vosotros en la medida de lo posible, tanto con palabras como con hechos. Pues bien, en lo que a mi se refiere, yo estoy de acuerdo en colaborar si, efectivamente, tenéis las mismas ideas y las mismas aspiraciones que él, pero, de no ser así, tendré que pensármelo muchas veces. Yo podría hablar de sus pensamientos y de sus proyectos, no por mera conjetura, sino con perfecto conocimiento de causa. En efecto, cuando yo llegué por primera vez a Siracusa, tenia cerca de cuarenta años; Dión tenía la edad que ahora tiene Hiparión, y las convicciones que tenía entonces no dejó de mantenerlas durante toda su vida: creía que los siracusanos debían ser libres y debían regirse por las leyes mejores, de modo que no es nada sorprendente que algún dios haya hecho coincidir sus ideales políticos con los de aquél. Merece la pena que tanto los jóvenes como los que no lo son se enteren del proceso de gestación de estos ideales; por ello voy a intentar explicároslo desde el principio, ya que las circunstancias presentes me dan ocasión para ello.” (Platón: Carta VII, 323d-324 b). La participación de Platón en la política de Siracusa, “lejos de la imagen que nos transmite de profesor de filosofía o consejero paternalista de Dionisio y Dión, utilizando las mismas fuentes platónicas podemos sugerir que fue un papel más importante y que tuvo unas consecuencias desastrosas para la ciudad, por lo que su intervención como asesor o inspirador, es lógico que perjudicaran el proyecto platónico de una Academia de Tiranos y de ahí el interés de la Academia de “explicar” y defender su actuación”.[Román García]. “Se ha especulado sobre la posibilidad de que esta amistad le resultase inquietante al tirano, o de que éste se enfureciera por unas palabras de Platón. El caso es que tiene que marcharse rápidamente, con tan mala fortuna que el barco en el que viajaba va a parar a Egina, ciudad enemiga de Atenas, por lo que el ateniense Platón cae prisionero” [UNED, 75]. Dionisio I el Viejo, temeroso de sus proyectos reformadores, le hace vender como esclavo en el mercado de Egina, donde es reconocido por un ciudadano adinerado que paga su rescate y pone en libertad. Después de lo cual decide volver a Atenas, en el 387, encontrando una ciudad prospera y expansionista, pero democrática y no exenta de políticos conspiradores y demagogos.

. Justicia, estado y política: el rey-filósofo La ética de Platón está enfocada al logro del supremo bien del hombre en la posesión del cual consiste la felicidad verdadera. El bien supremo del hombre, la felicidad, se puede decir que es el desarrollo auténtico de su personalidad como ser racional y moral, el recto cultivo de su alma racional y una relación armónica de las tres partes del alma. Esto sólo puede lograrse mediante la educación (paideia). La educación es necesaria, pero la auténtica educación es la que conduce a la verdad y al bien. La concepción platónica de la educación es opuesta a la de los sofistas. Según estos, la educación consistía en impartir a los alumnos ciertos conocimientos necesarios par alcanzar el poder y el éxito en la sociedad, es decir que el conocimiento tenía para ellos un valor utilitarista. Platón, por su parte, entiende la educación como un auténtico arte de conducir el alma hacia la verdad. Para Platón el conocimiento y la misión del educador es dirigir las preguntas, establecer un diálogo con el alumno de manera que haga posible el descubrimiento de la verdad. Sólo cuando el alma haya alcanzado el conocimiento de los auténticos valores éticos y políticos podrá conseguir la virtud (areté). La felicidad debe alcanzarse mediante la práctica de la virtud. El tema de la República es la justicia en el individuo y en el Estado. Se trata de una utopía política en la que el gobierno pertenece a los filósofos. El filósofo será el fruto más exquisito de la educación dada por el Estado: a él compete trazar el diseño concreto del Estado ideal y dirigir su realización. Los escogidos como candidatos o posibles gobernantes serán instruidos, no sólo en armonía musical y en gimnástica, sino también en matemáticas y en astronomía. Mas toda esta instrucción será una preparación para la Dialéctica, por la cual el hombre mediante el uso de la razón puede alcanzar el conocimiento del mundo inteligible y contemplar la Idea de Bien. Los seleccionados pasarán gradualmente este curso educativo y los que al llegar a la edad de 30 años hayan dado pruebas satisfactorias recibirán la instrucción especial de la Dialéctica. Transcurridos cinco años de tal estudio se les enviará al interior de la caverna y se les confiará algún cargo, con el fin de que vayan adquiriendo la necesaria experiencia de la vida. Esta prueba durará quince años y los que la superen (que tendrán ya los 50 años) serán los responsables de la ordenación del Estado. Sólo en la ciudad justa es posible educar hombres justos. El Estado ideal de Platón se fundamenta en la justicia. Un estado justo es el que viene impuesto por la Idea del Bien. Esto sólo será posible si los gobernantes son sabios, esto es, filósofos que hayan logrado penetrar en el mundo de las ideas. La idea de Bien debe guiar al Estado y al individuo. Los ciudadanos serán felices si son gobernados por la persona más sabia y justa. Sólo la persona bien instruida sabrá anteponer el bien de la razón, el bien del alma al del cuerpo. El saber de lo que en verdad es importante, qué es lo justo, lo injusto, qué es el bien y el mal, no debe dejarse en manos de cualquiera, sólo el filósofo podrá responder adecuadamente a tales preguntas. La vida griega era esencialmente una vida comunal. La vida en sociedad era lo natural, pero cuál es la mejor organización política para dicha sociedad. En la República Platón se pregunta sobre el Estado Ideal. La tarea del gobernante consistirá en vigilar que este orden se mantenga, que cada parte cumpla su función y que cada individuo ocupe el puesto que por naturaleza le corresponde y reciba la educación adecuada a su posición en la sociedad.

tomado de: El pensamiento político de Platón, en:
http://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/29317/Historia%20del%20Pensamiento%20Pol%C3%ADtico%20Premoderno%2003%20%20Plat%C3%B3n.pdf?sequence


jueves, 12 de enero de 2017

ECONOMÍA




LA economía es el estudio de cómo la gente en cada país o grupo de países utilizan o administran sus recursos limitados con el objeto de producir bienes y servicios y distribuirlos para su consumo entre los miembros de la sociedad de modo que satisfagan sus necesidades. La El propósito de la economía es bosquejar un proyecto de prosperidad para los individuos y para la sociedad. Para ello hace el análisis a soluciones de eficiencia en la producción, distribución, oferta y la demanda de bienes y servicios. Debido a que la escasez nos lleva a economizar y a elegir el máximo beneficio al mínimo costo, a veces se conoce a la economía como la ciencia de la elección, que predice en qué forma los cambios de circunstancias afectan las elecciones de las personas. Esta comprensión exige contar con teorías que expliquen el funcionamiento de los fenómenos económicos, y para ello hay que recurrir a la abstracción. (MOCHÓN Y BECKER,1997) La actividad económica es el uso de recursos que hace la gente para afrontar la escasez y generar riqueza. Economizar es hacer el mejor uso de los recursos disponibles, limitados frente a las necesidades. Optimizar es evaluar el mejor uso de los recursos y procurar el máximo beneficio o el mínimo costo, dentro de los límites de lo posible. Fenómenos como el desempleo y la inflación son referente común en las intervenciones económicas. En los estratos socioeconómicos altos la mayoría de la gente tiene diferentes tipos de necesidades satisfechas y se trabaja para vivir aún mejor. La riqueza se define aquí en función del logro de bienes y servicios que cubren necesidades inmediatas y futuras. En los estratos socioeconómicos bajos la insatisfacción es alta y se trabaja para sobrevivir. Los diferentes estándares de vida son una expresión de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios. La limitación de recursos y la infinitud de los deseos son dos principios que forman la base del problema económico universal: ¿Cómo podemos satisfacer nuestros deseos insaciables con los recursos limitados que tenemos sobre la tierra? Introducción a la Economía - Facultad de Ciencias Económicas – (U.N.LP.) La economía asume las necesidades reales de bienes y servicios, es decir de recursos naturales o de provisiones, capital de trabajo y de inversión que con base en la intervención de la creatividad humana mejoran nuestro estándar de vida. Es de aclarar que el problema de la economía no son los deseos. Los deseos de la gente se extienden en el terreno de lo ideal que se aspira. Cambian de acuerdo a los ingresos, experiencia e influencia. Los gustos son los ideales que se concretan en el terreno de lo estético - sensible. A una persona le gusta un Ford, otras prefieren un Toyota. A uno le gusta la comida china, a otro le gusta la comida italiana. Las necesidades implican productos, bienes y servicios que cada uno demanda con el propósito de sobrevivir. Las necesidades básicas de hoy tal vez incluirían bienes considerados lujos hace una generación atrás. La riqueza se crea a partir de la división del trabajo.



Muchas personas se dedican a diferentes oficios. El propósito de la diferenciación de estas actividades es lograr la eficiencia productiva que empuje el proceso de transformación de bienes no terminados hacia los bienes finales utilizado por los consumidores. El dinero no es riqueza: Sólo constituye riqueza un bien o servicio que al ser destruido se reduce el bienestar. Destruir alimentos, cuadernos de estudio, libros, ropa para la gente, significa hacer que el mundo tenga un producto menos, limitar satisfacción de necesidades reales. El experimento con un billete Al romper un billete, muchos supondrán que se ha destruido la riqueza. Sin embargo se ha reducido la posibilidad de bienestar para esa persona que tuvo el billete, mientras que la riqueza del resto de la gente ha aumentado debido que ha incrementado su poder de compra de la moneda circulante al reducirse en la cantidad de billetes. En otras palabras, simplemente se ha redistribuido la riqueza. Pero no constituye riqueza un medio como el dinero, pues si se destruye un billete, por ejemplo, se incrementa el poder de compra de billetes similares al reducirse la cantidad de moneda en circulación. El dinero facilita el proceso de creación de la riqueza. Es un medio de intercambio que facilita la adquisición de bienes y servicios. Pero su valor es nominal. Preguntas fundamentales para producir riqueza: Asignados recursos escasos, la economía intenta responder cinco problemas fundamentales: ¿Que debería producirse?, ¿Para quienes?, ¿Cuánto?, ¿Cómo? y ¿Cuándo? El propósito básico de la actividad económica es cambiar los bienes no terminados y sin valor por bienes útiles y terminados. Trabajadores, terratenientes y empresarios colaboran en cada etapa de la producción.